Cómo dos colombianos revolucionan la industria textil con ropa hecha con plástico del mar. (Revista Forbes)
En Envigado, un municipio de un poco más de 228.000 habitantes, ubicado a un par de minutos de Medellín, Antioquia, dos hermanos construyen un negocio sostenible que apunta a conquistar todo Centroamérica y un par de países de Suramérica. Se trata de una empresa que nació hace un poco más de cinco años, pero la cual ha logrado un crecimiento acelerado por su ambicioso concepto: hacer prendas de vestir con plástico sacado del mar.
Bohio, que traduce cabaña o kiosko, ofrece una solución textil para la playa, pero bajo el concepto de una tela que es fabricada a base de los plásticos y desechos que se retiran del mar. “Nosotros decíamos qué bacano sería tener unas prendas cool, bacanas, con diseños originales, pero también que podamos aportar algo por el medio ambiente. Desde ahí empezamos a investigar y encontramos proveedores que tenían tela terminada con todos estos plásticos que salían del mar”, añade Juan Camilo, quien es la cabeza financiera y está detrás de la estrategia de expansión de la marca.