Instagram y sus vainas: lo que extrañamos de antes
Instagram, esa red social que solía ser un espacio de espontaneidad y autenticidad, ahora parece haberse convertido en un catálogo de contenido planeado y virales. Pero, ¿qué pasó con lo que nos encantaba de ella? Aquí un repaso de esas cosas que extrañamos (y que, ojalá, un día vuelvan).
1. Fotos reales: cuando Instagram te mostraba a tu amigo paseando con sus tías
Antes, abrías Instagram y te salía esa foto medio borrosa de tu amigo comiendo obleas con sus tías en un parque. No era contenido viral ni producido, pero era real, y eso era suficiente para sacarte una sonrisa. Ahora, parece que las fotos casuales están enterradas bajo capas de algoritmos.
2. La presión de ser creadores de contenido
Lo triste es que ahora Instagram no sólo es una red social; es una plataforma donde todos "tenemos" que ser creadores de contenido. Es como si la espontaneidad hubiera sido reemplazada por una competencia constante de creatividad, donde lo genuino pasa a segundo plano. ¿Y si sólo queremos compartir algo simple y sin filtros?
3. ¿Dónde quedaron los perritos y las cosas random?
Las fotos de perritos, los paisajes casuales, los paseos con amigos, las cosas random que no necesitaban contexto... todo eso parece haber sido desplazado porque "no genera interacción". Y sí, son esas pequeñas cosas las que solían hacer de Instagram un lugar menos frenético y más humano.
4. Ya estamos mamados de “5 cosas que no sabías”
De verdad, Instagram, ya suficiente con los posts que prometen revelarte secretos del universo (que al final no son tan secretos). Queremos ver a nuestros amigos disfrutando de un día de playa, estrenando sus Bohíos o simplemente riéndose sin preocuparse por ser "interesantes" para el algoritmo.
Instagram, si estás leyendo esto (y si tu algoritmo me lo permite): danos más de lo real, de lo sencillo, de lo que nos conecta con las personas que queremos. Porque al final del día, eso es lo que importa. Y también, porfa, más fotos de perritos. Gracias.